"INACEPTABLE E INADMISIBLE"

 

Uno de mis clientes frecuentes en el año1993 era la Editorial Contrapunto. Ya un par de años que su amable y atenta secretaria acudía a mi para socorrerlos cuando fuese necesario.

Cierto día soy llamado a realizar un trabajo general en un nuevo recinto, ubicado en la Avenida Salvador, pero esta vez se me es presentado el señor José Peña, quien estaba recientemente ocupando el puesto de Administrador de mantención y adquisiciones. Este señor Peña tenía "pura cara de gringo", caucásico de metro ochenta, ojos azules. Muy educado y esmerado en el trato a las personas, pero serio; muy serio, nunca le vi siquiera un atisbo de mueca alegre ni menos una sonrisa.

Hizo notar si, de un principio que le gustaban las cosas hechas a la manera "americana", o sea "perfectas" y yo le acepté el reto.

Luego de indicarme todo el trabajo que debía realizar, quedo comprometido a entregar al día siguiente el presupuesto con todo perfectamente detallado, en "sobre americano" por supuesto, cosa que no revestía mayor dificultad para mi. Ya que me bastaba hacer el borrador y mi hermana que es secretaria transcribe en computador todo el contenido.

Esa mañana Peña me autorizó inmediatamente el inicio de las labores y fue que retiré todas las cerraduras necesarias para luego de hacerles las llaves,e instalarlas al otro día, sumando a ello, las que había que instalar nuevas y otras cosillas mas.

Una vez terminado el trabajo se me informa que como el señor Peña estaba ausente bebía volver al siguiente día como a las 10 hrs. Y ahí Peña recibiría el trabajo y aprobaría la confección de mi correspondiente "chocoso".

Empezamos a tener algunas diferencias con Peña, con respecto a detalles que corregía en el camino, como lo eran; un apriete por aquí, un poco de lubricación por acá, o un ajuste de algo, pero en general nada que no fuera solucionable en el acto. Estaba claro y había aceptado que las cosas debían ser a la "americana".

Pero topamos en un problema que tenía un portón lateral, al que le había instalado una cerradura nueva. Pero el defecto era de la construcción misma del portón, ya que la cerradura debía estar en la parte de afuera de este. Cosa que de origen siempre fue así, ya que la casona contaba mas o menos con cuarenta años de construida. El remedio para eso era invertir toda la estructura al revés, trabajo que yo no hago y que además no estaba para nada en el presupuesto, pero era la condición que me impuso Peña para hacer efectivo el pago.

No hubo caso de hacerlo entender razones. La cerradura tenía que dejarla al otro lado de todas maneras y ahí me pagaba. Pero técnicamente era imposible en ese portón, sin que se modificara primero el sentido de su abatimiento, modificando ostensiblemente los costos.

Al salir de la empresa, Mónica, la secretaria que inicialmente me contactaba, me intercepta y me dice:

  • Don Enrique, ya me di cuenta de su problema. Aquí nadie pasa a Peña, todos hemos tenido mas de algún problema con el. Tome aquí tiene el nombre del gerente general de la empresa y la dirección de donde es mas conveniente hacerle llegar algún reclamo. En todo caso don Enrique, para todos los efectos, yo no le he dado ningún dato,..... por si acaso.
  • Muchas gracias Señorita Mónica, creo que esto me servirá de gran ayuda.

Ahí fue que me dirigí a la oficina de mi "abogado-amigo-y cuñado", para que me asesorara en el problema.

  • Por lo que me explicas Kiko, (diminutivo de Enrique) no es necesario forzar judicialmente las cosas, creo que bastaría una carta dirigida a algún director superior de la empresa y quien comprenderá la situación.
  • ¡Ese datito aquí lo tengo, me lo dio furtivamente antes de salir la secretaria!.

Entonces Ramón, comienza a redactar la carta según los datos que yo le aportaba, además de los detalles de lo ocurrido.

Había guardado copia de esa carta en mi casa, pero la perdí desgraciadamente en "el incendio"(historia en proceso). Pero magistralmente haría pedazos a Peña con sus argumentos, y yo no sé si es una de sus "muletillas" de sus escritos, pero hubo un par de palabras que resaltaban toda mi "caballerosa indignación", ya que se reclamaba en primera persona:

".....y me parece INACEPTABLE E INADMISIBLE, que el señor Peña no se ajuste a los detalles del presupuesto...".

Ese par de palabras pienso yo, fueron claves para que al otro día de haber entregado esa carta, recibiera el llamado personal del mismísimo director general de la empresa, quien me manifiesta sus reiteradas disculpas, reprobando y reprochando la actitud de Peña, solicitándome además el favor de retirar mi cheque cuando lo estime conveniente.

Así que de ahí en adelante, cuando he tenido problemas con alguna otra empresa:

1.- Redacto yo mismo mis cartas.

2.- Las dirijo siempre al "pescado mas grande"(gerente general).

3.- Y..............siempre me las he de arreglar para incluir en su texto, las estrategicas palabras "INACEPTABLE E INADMISIBLE".

Con ellas siempre he apostado a ganador.................¡gracias Ramón!.

FIN