Los nombres originales de esta historia han sido alterados para proteger sus identidades; dejarlas libres de toda culpa, posibles bromas, burlas e interrogaciones que en verdad, no vendrían al caso.

Entonces la dama en cuestión se llamará "Campanita" , y nuestro amigo cerrajero se llamará "Cabestrillo", no sé porqué, pero me gusta así.

El cinturón de castidad.

• Aló, buenas tardes.
• Buenas tardes señora, dígame, en que la puedo atender.
• Deseo hablar con don Cabestrillo, ¿se encontrará?.
• Si, con el habla, diga no mas.
• Mire, yo hablo de parte de la señora Copucha, -¿no se si la ubica?.
• ¡Si, claro, por supuesto!.
• Resulta que me ha hablado muy bien de usted, tengo entendido que lo conoce hacen muchos años.
• Ah, si, yo conocía a su difunto padre; señor muy simpático, educado y súper correcto don Atanasio.......... que en paz descanse.
• Yo quería saber don Cabestrillo, si es que usted conoce los candados marca "Master".
• ¡Por supuesto señora, son americanos, por ende; de muy buena calidad!.
• Mire don Cabestrillo, lo que pasa es que tengo uno de esos candados puesto en una parte, un poco complicada para explicar por teléfono, por lo que me gustaría que viniera a verme a mi departamento para contarle. Pero antes me gustaría saber,-¿si es que usted cree que pueda usted abrir uno de estos candados?, sin por supuesto que se note que ha sido abierto y hacer una llave.
• Claro que es posible, si a eso es que me dedico; es mi profesión. -¿acaso es muy grande?.
• ¡No, no, para nada!. Es el típico candado para casillero, como de unos cinco centímetros mas o menos.
• Entonces, a lo sumo me demoro un par de minutos en abrirlo, y luego le hago una llave "al ojo",usted lo abre y cierra cuando desee, basta con presionarlo solamente.
• ¿Al ojo?.
• ¡Je, bueno; eso es un truco profesional!.
• La verdad que no entendería detalles , así que anote entonces ; yo vivo en Interrogante # 2004, departamento X. ¿quiere mi teléfono?.

• Ya lo tengo registrado, gracias. -¿a que hora le acomoda?.
• ¿Sería posible que fuese como a las 4?.
• ¡Listo no mas, a esa hora estaré ahí!.

La señora personalmente atendió la puerta, -estaba sola. Entonces se dispusieron en el recibidor, en el que inmediatamente se pronunció una refrescante Coca-Cola, de verdad muy oportuna.

Al grano.

• Mire don Cabestrillo, para mi no es nada de fácil explicar lo del candado. Resulta que yo soy una persona casada hacen 5 años, y en este tiempo he descubierto cada vez más y más, cosas desconocidas sobre la personalidad de mi esposo. Una de ellas es su posesividad y desconfianza sin limites. Y es que así, hace un tiempo me llegó con la novedad mas sorprendente que le pueda pasar a una mujer como yo.

Se notaba de entrada, que la dama en cuestión estaba totalmente compungida, era muy extraño el rodeo de su conversación y la inquietud de sus sudorosas manos.

Rondaba los 38 años mas o menos, o sea florecía una fresca y dulce belleza en el metro 75 de estatura. De plano interesante al limite, pero de ojos muy tristes.

• Como gracia primero y luego con duro dictamen es que me regaló un cinturón de castidad que trajo de uno de sus viajes a Alemania. El cual traigo en estos momentos, ¡y es ahí en donde está puesto el maldito candado!.

Ahí es donde la señora se descompuso totalmente irrumpiendo en un violento llanto, llena de la vergüenza que dejaba la insólita confesión a un total desconocido hasta ese instante. El abrazo de consuelo era lo mas lógico, y el cobijo del hombro de Cabestrillo era lo mas cercano, para descargar la amargura de una situación equivocada en el tiempo.

• Por supuesto que entiendo su pesar señora, y ante nada tengo que proceder como profesional. Eso si que es algo nuevo para mi, estas practicas medievales estaban en mis conocimientos; pero nunca esperé que me tocaría la oportunidad de conocerlo,....¡ni menos puesto!.
• Entonces, ¿se atreve?.
• Si usted está dispuesta, por supuesto.

Aquí es donde Cabestrillo comienza a temblar como condenado en el patíbulo. Su boca comienza a secarse rápidamente y la rigidez nerviosa de su columna entorpece aun mas sus sensibles manos y cuello; ya que entonces la señora Campanita descubre sus largas y hermosas piernas, dejando expuesto el carcelero calzón, de metálicos dorados y firmes cueros.

Una vez abierto el candado, el deshidratado Cabestrillo descansa su, por ahora, pálida humanidad, en el sillón mas cercano, y también su aun mas; cercano desmayo.

La liberada señora Campanita cubrió entonces las piernas con sus ropas y desapareció por el pasillo hacia el baño, en donde luego de una deseada ducha, volvió a aparecer para ofrecer otra refrescante Coca-Cola.

Finalmente la gratitud de la señora Campanita, se tradujo en unos cuantos "billetes grandes", lo que se asimilaba al valor de una apertura de caja de fondos común. Precio nunca transado; ya que ponderadas las circunstancias, no era tema a discutir.

Después de advertir de la necesaria amnesia a la que debía someterse la situación, y sumados los miles de agradecimientos, es que al dar la mano de despedida, la señora Campanita toma firmemente la mano de Cabestrillo; y con voz suave y angelical le dice:

• De ahora en adelante, en vez de "Don Cabestrillo",-¿ le puedo llamar Cabestrillo a secas?.
• ¡Pero por supuesto, señora Campanita, no faltaba más¡.
• Entonces tu también tratame tan solo de.... "Campanita".

Fue ese el instante en que la agradecida dama regala a Cabestrillo su mas preciada "propina", la cual desafortunadamente no pude advertir, ya que la puerta de la alcoba, en esos momentos se cerró tras los protagonistas, y como saben, desde ese día,........................ ¡¡Cabestrillo sufre amnesia!!.

Pero siguiendo la lógica, parece que "Campanita"............. hizo "tilín", o mas bien;............"tilín tilín tilín tilín".

Fin