LA CICATRIZ.(año2000)
Ir a Pirque a hacer algún trabajo definitivamente para mí, es un agrado. Siempre he pensado; de tener harta plata, me gustaría tener un terrenito por esos lares. Y sobre todo porque queda lejos y tan cerca a la vez. Por lo menos ya mandé a extender el metro hasta Puente Alto.....¿ha no creen?........¡en serio!......, pero si yo un día, en esos papelitos de "sugerencias" que hay en las estaciones, así lo expresé. Y me hicieron caso parece,...... por lo menos ahí los pueden ver trabajando............ ¡No sean incrédulos por Dios ya....!. Mi tarea era hacer las llaves a un portón de uno de los galpones en la viña "Concha y Toro",...... ¡que bello paisaje es ese!..... ¡que linda es esa viña!,..........¡que aromas zapateando los sentidos!,...... ¡que lindas turistas llegan aquí!,......¡que lindas recepcionistas se ven por acá!,.......en fin, todo lo que se ve, está cuidadosamente dispuesto a atender nuestros sentidos. El galpón era nuevo, la cerradura estaba soldada y como alguien tomó las llaves y no las devolvió, entonces había que desoldarla para luego hacer las nuevas llaves. Ahí es donde se me vino el problemita, ya que el "galletero" para desbastar la soldadura no lo había llevado. Es que en un principio se me había dicho que el portón era de madera, pero no se me indicó que el marco era metálico, y es ahí donde estaba la chapita "estúpidamente soldada", (¡¡¡¡¡las cerraduras no deben ser soldadas!!!!!!). Como en la viña no existía esa herramienta y mi taller estaba distante, es que decidí en desbastar la soldadura con el taladro, usando las brocas para ello. Como era nuevo ese galpón, estaba totalmente desocupado, sin nadie en su interior y un tanto retirado de las demás dependencias del recinto. Para mi entonces pensé:
Las brocas no estaban muy buenas, ya que les había dado "como tarro" el día anterior, perforando una caja de fondos, así que por el apuro olvidé afilarlas, ..............¡y tan bueno que soy para ello!,..........¡en serio!......¿no creen?,......... ¡me quedan muy bien!. Me confieso pecador, y mas encima "me visto de imbécil", porque como estaba solo y el portón era tan grande e incomodo para fijarlo con algo al distante suelo. Sumando a mi hoja de vida "cero accidente" ,es que me apresto con el "bendito taladro", afirmándolo solo con la mano derecha, fijándolo sobre el trozo de la soldadura pero..............., ¡erróneamente apuntando hacia mi cuerpo!, y mas encima comprimiendo con todas mis fuerzas para sacarle el mayor provecho a la broca. ¿Qué pasó entonces?. Lo esperado. ¡Se resbala el "Black & Decker" y comienza a viajar directamente a mi pecho como "proyectil Matrix"deleitandose con su barreno "cara de hiena hambrienta"en clara amenaza. Con el gatillo presionado y sin tiempo para soltarlo es que comienzan a temblequear mis aseguradoras, ¡y justo con las primas al día!. Imagino las alegres lagrimas de la viuda y el desconsuelo a mi madre y los tres huerfanitos, sumando a ello el amenazado corazoncito en mi pecho. Pero como lo que mas había era juventud y ganas de vivir, además de unos buenos reflejos y el compromiso cierto conmigo mismo, de alguna vez escribir esta vergonzosa historia, es que logré desviar su trayectoria. Pero en eso, de todas maneras "el barreno" alcanza a enganchar mi "camisa regalona"; enrollándola, y provocando una pequeña perforación en la epidermis bajo mi tetilla izquierda. Comenzando a sangrar escandalosamente de inmediato, empapando medio pecho. Una vez detenido el taladrito es que comienzo a desenrollar el entuerto y a dimensionar la magnitud de mi negligente maniobra, la que para cualquier lector resultaría exponencialmente estúpida. Con los pañuelos desechables que tenía, limpié rápidamente la zona afectada y terminé de enjuagar luego en el baño, donde llegaron de inmediato un par de alarmados señores, quienes ofrecieron su presto y equipado botiquín. Una vez curado me dirigí a terminar mi trabajo, pero esta vez celosamente supervisado por un guardia, quien estaba totalmente sorprendido con la acusadora y terrorífica camisa que debía seguir usando en ese momento. Luego me pagaron lo mío sin antes ofrecerme reiteradamente, si necesitaba algún otro tipo de atenciones. Pero como lo único que deseaba era irme luego, es que asienten que me retire por mis propios medios, y es lo que hice. ¡Pero al taller no podía llegar en esas condiciones!, era muy impactante el estado de esa camisa, así que decidí comprarme una en algún negocio de Puente Alto. Y fue al pasar de casualidad por una tienda de ropa usada, que veo en exhibición una camisa casi igualito a la mía y valía un par de monedas solamente. Así que, la compré, guardando en mi maletín la otra camisa para el recuerdo. ¿La cicatriz?. Mide 5,5 centímetros, está justo justo a la altura donde termina el bolsillo de mi camisa y si eres hombre y la quieres ver;..... dime y te la muestro. Si eres mujer .................y me gustas,.............. ¡muestrame tú primero!. FIN.
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