Mi sobrino Roberto.

 

- Aló, buenos días.

- Buenos días señor, ¿usted es cerrajero?.

- Si, por supuesto, diga no mas.

- Por andar apurado se me quedaron las llaves dentro de mi auto, uno de estos Subarú.

- Y donde está el auto.

- En mi casa .

- Está bien, pero deme la dirección entonces.

- Ah, mire que soy tonto, yo vivo en Luis Pasteur.............

- En treinta a cuarenta minutos estoy ahí.

- Lo antes posible por favor, mire que tengo mucho que hacer.

- Me dá su nombre por favor.

- Roberto,...........Roberto Fantuzzi.

- ¿El de las ollas?.

- Ese mismo, si no hay otro.

Este señor es todo un personaje, ¡si quién no ha tenido en su casa uno de sus productos!. Así que partí a solucionar su problema, de la manera mas practica y rápida; "Metro y colectivo Lo Curro", así que pasadito Luis Carrera el reloj marcaba el "en punto". Ya de entrada se notaba algo raro, y era la ausencia de algún vehículo en el lugar. Fue ahí que llega a atenderme la empleada de la casa, dándome la noticia que don Roberto había encontrado copias del auto y se había retirado del lugar. ¡Nada que hacer entonces!.

- Pero tenga señor, aquí tiene la plata de la locomoción.

- ¡Oiga señora, yo no trabajo por "propinas" ni tampoco para la locomoción así que guarde no más la "limosna", y ya que el dueño no está para aclarar la situación, entonces me voy........, hasta luego. Esperaba locomoción en el paradero de Vitacura con Luis Carrera cuando llega a mi lado la empleada, toda agitada luego de correr ese par de cuadras y me dice:

- Caballero, me dijo don Roberto que le dijera que lo disculpara de todo corazón, que no fue su intención hacerle venir en vano, así que le disculpe.

- ¡Está bien señora si esto ya pasó, no se preocupe. Dígale a don Roberto que no hay ningún problema, las cosas son así. Ya estoy acostumbrado. Ahí viene mi colectivo, hasta luego!.

En esa época a cargo del taller estaba mi Madre, así que a ella le tuve que dar las explicaciones del tiempo perdido inútilmente aquella mañana, ¡porque sumando todo se van unas dos horas, las que nunca se volverán a recuperar!.

Transcurridos unos cuantos minutos suena el teléfono, y atiende mi Madre, era la secretaria de don Roberto que quería hablar conmigo.

- Si, diga.

- ¿Don Enrique?,......don Roberto desea hablar con usted..... Le paso de inmediato.

- Está bien.

- ¿Don Enrique?.

- Si con el.

- Le pido mil disculpas don Enrique. Mire que con todo el apuro olvidé que tenía repuesto de las llaves del auto, así que me vine inmediatamente y no pude esperarlo para darle mis excusas.

- No se preocupe don Roberto si estas cosas pasan, lo malo que no le advertí que de resultar así las cosas, de todas maneras le cobro; ya que para mi lo valioso es el tiempo empleado en ir a atenderlo y no el par de minutos que demoro en abrirle su auto. Pero bueno, eso ya pasó.

- Mire don Enrique, veo que usted también es Hernández al igual que yo, ya que mi nombre es Roberto Fantuzzi Hernández, así que por ahí hasta somos parientes, así que yo puedo ser hasta su sobrino.......¡hola tío!...... Así que de ahora en adelante yo seré su sobrino, y cualquier cosa que necesite, no dude en llamarme,......estoy a su entera disposición, reiterándole de todas maneras mis mas sinceras disculpas por haberle hecho perder su tiempo inútilmente.

- Muchas gracias don Roberto,...... lo tendré presente.

Da mucha satisfacción que se preocupen por asegurar unas buenas disculpas, demostrando así el "nivel de persona" con el cual se está tratando, más aun al ver unos momentos mas tarde, llegar al taller a la propia secretaria de don Roberto con un presente en sus manos y las reiteradas disculpas. Sumando a ello una tarjeta de presentación en la que aseguraba mi condición de "Tío de don Roberto". Así que como verán, ese es el sobrino más "viejo" y "choro" que tengo,.........es que éste,..... más que Fantuzzi,...... es........... toooodo un Hernández.

fin